Imagínense todos los problemas que pueda tener una adolecente problema. TODOS. ¡Ahora piensen en mis pobres padres! Mi mamá intentó hasta lo imposible para sacarme de las aguas oscuras de mis emociones desbordadas. Hasta que dio con el Yoga. Me llevó a una clase privada con un profesor maravilloso y desde entonces entendí que este es mi camino de vida. Desde hace 13 años el Yoga es mi luz, mi guía, la certeza del amor adentro, la herramienta que me revela el sentido de la existencia. Esto no es un discurso banal; es en serio, yo no sé qué habría sido de mí sin haber conocido esta filosofía. La práctica de Asanas me enseñó a levantarme cada día y hacer lo que necesito para estar bien, esto es la disciplina, hacer lo que sabes que es bueno para ti. Y esto se extendió a muchos aspectos de mi vida, el rigor es libertad.