Hace poco Juan Camilo, un gran amigo fundador del hermoso proyecto Valle del Viento (Valle escondido, Santa Sofía) me dijo: “Hay lugares a los que uno llega y se siente cansado, otros de los que uno quiere salir corriendo, en otros se siente simplemente a gusto. Y yo, cuando llegué aquí sentí una energía enorme, un enfoque perfecto para hacer lo que tengo que hacer, una paz indescifrable.” Y yo le dije: “Yo sentí lo mismo cuando llegué a este territorio” A lo que él respondió: “Eso es lo que uno siente cuando llega a donde pertenece”. El Valle Sagrado de Zaquiencipá, el Valle de los Acuerdos, en donde el agua, el desierto, las piedras ancestrales, los cristales y la memoria antigua, atraen a gente maravillosa que se atreve a vivir de forma distinta, coherente. Gracias a esta tierra por habernos atraído y gracias por cada día que pasamos aquí.